martes, 9 de septiembre de 2014

LA BIBLIA

EL ANTIGUO TESTAMENTO

Escritos de profetas antiguos que actuaron bajo la influencia del Espíritu Santo y que, durante el transcurso de muchos siglos, testificaron de Cristo y de su futuro ministerio. También contiene un registro de la historia de Abraham y sus descendientes, que comienza con Abraham y el convenio, o testamento, que hizo el Señor con él y su posteridad.
Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento fueron escritos por Moisés y son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. En Génesis se refiere el origen de la tierra, del género humano, de los idiomas y las razas, y del comienzo de la casa de Israel.
Los libros históricos relatan los acontecimientos que ocurrieron a Israel. Estos libros son: Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester.
Los libros poéticos contienen algo de la sabiduría y la aptitud literaria de los profetas. Éstos son: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares de Salomón y Lamentaciones.
Los profetas amonestaron a Israel tocante a sus pecados y testificaron de las bendiciones que se reciben mediante la obediencia. Profetizaron de la venida de Cristo, quien expiaría los pecados de los que se arrepintieran, recibieran las ordenanzas y vivieran el evangelio. Los libros de los profetas son: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
La mayor parte de los libros del Antiguo Testamento se escribieron en hebreo, aunque unos pocos contienen escritos en arameo, otro idioma semítico de la época.

  • La versión protestante o cristiana evangélica consta de 39 libros,
  • La versión católica apostólica y romana consta de 46 libros y,
  • La versión católica ortodoxa consta de 51 libros
  • El Antiguo Testamento fue escrito 400 años A.C. luego pasaron 400 años de silencio hasta la aparición de Juan el Bautista 

LIBROS APÓCRIFOS O DEUTEROCANÓNICOS


Las Biblias Católicas Romanas tienen muchos más libros en el Antiguo Testamento que las Biblias Protestantes. Estos libros son conocidos como libros Apócrifos o Deuterocanónicos. La palabra “apócrifo” significa “escondido”, mientras que la palabra “deuterocanónico” significa “segundo canon”. Los apócrifos o deuterocanónicos fueron escritos originalmente en el tiempo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Los libros son llamados: 1 Esdras, 2 Esdras, Tobías, Judit, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, la Carta a Jeremías, Oración de Manasés, 1 Macabeos, 2 Macabeos, y adiciones a los libros bíblicos de Ester y Daniel.

La nación de Israel trató a los libros apócrifos o deuterocanónicos con respeto, pero nunca los aceptó como libros verdaderos de la Biblia hebrea. La iglesia cristiana primitiva debatió la situación de los apócrifos o deuterocanónicos, pero pocos cristianos primitivos creyeron que ellos pertenecieran al canon de la Escritura. El Nuevo Testamento cita al Antiguo Testamento cientos de veces, pero en ninguna parte cita o alude a cualquiera de los libros apócrifos o deuterocanónicos. Más aún, hay muchos errores probados y contradicciones en los apócrifos o deuterocanónicos.

Los libros apócrifos o deuterocanónicos enseñan muchas cosas que no son verdad y tampoco son históricamente precisos. Si bien, muchos católicos aceptaron previamente los apócrifos o deuterocanónicos, la Iglesia Católica Romana oficialmente los añadió a su Biblia en el Concilio de Trento a mediados del 1500 d.C., primordialmente en respuesta a la Reforma Protestante. Los apócrifos o deuterocanónicos, respaldan algunas de las cosas en que la Iglesia Católica Romana cree y practica, las cuales no están de acuerdo con la Biblia. Ejemplos de ello están en las oraciones por los muertos, peticiones a los “santos” en el Cielo por sus oraciones, adoración a ángeles, y “ofrenda de limosnas” expiatorias por los pecados. Algunas cosas de las que dicen los apócrifos o deuterocanónicos son verdaderas y correctas. Sin embargo, debido a los errores históricos y teológicos, estos libros deben ser vistos como documentos histórica y religiosamente falibles, y no como la inspirada y autoritativa Palabra de Dios.

EL NUEVO TESTAMENTO

El Nuevo Testamento comprende veintisiete escritos redactados durante los años posteriores a la Resurrección de Cristo; debemos estos escritos a los apóstoles y a los evangelistas de la Iglesia primitiva. La Iglesia los reconoció como libros inspirados por Dios, los unió a los libros sagrados que recibió de la tradición judía, y a partir de esos nuevos libros innovó su propia interpretación de los antiguos.
Todo el mundo comprende que si la Biblia consta de dos colecciones de libros, de las cuales una es más antigua que la otra, haya en las Escrituras lo antiguo y lo nuevo.
La palabra testamento es de origen griego, y significa a la vez “alianza” y “testamento”. El Antiguo Testamento, pues, recoge la historia que procede de la alianza más antigua del Sinaí, donde Dios hizo un pacto con Israel. Los libros del Nuevo Testamento, por otra parte, se refieren a una experiencia mas reciente, la alianza entre Dios y su pueblo renovado por el sacrificio de Jesús.
Ésta no es, sin embargo, la verdadera razón para hablar de algo “nuevo” en la Biblia. La experiencia del siglo pasado nos ha puesto en guardia contra esta palabra que frecuentemente hace referencia a la última moda, la última técnica, la ultima teoría... Son nuevos sólo por un tiempo y se convertirán a su vez en pasados de moda y anticuados.
Este Testamento es Nuevo, no porque sea más reciente, sino porque nos conecta con el mundo de la Eternidad. La Eternidad no es una duración que se prolonga en forma indefinida –esto sería muy aburrido– sino lo que no tiene que ver con el tiempo. Lo eterno es nuevo y no se desgasta; tampoco hay lugar en él para el aburrimiento: era y es y nos llegará siempre nuevo. Da pena a veces tener que llamarlo “Dios”, siendo la palabra tan trillada, difamada y desgastada.
Al principio del Antiguo Testamento Dios era: “Yo Soy” o “Él Es”. El Nuevo Testamento completa y añade: Dios es Amor. La mayúscula aquí es esencial: “Amor” es Dios y no hay otra eternidad que la suya.
El Nuevo Testamento es una llamada a entrar en el misterio de esta “novedad”. Desde la Infancia de Nazaret y las parábolas del Reino hasta el Apocalipsis, pasando por los discursos del Evangelio de Juan y la pasión de Pablo, todo el interés está concentrado en esta “novedad”: El Amor-Dios no nos promete otra cosa que él mismo, y quiere que, encontrándolo ya aquí en la tierra, comencemos a probar el gusto y el gozo de la Eternidad.
Los libros del Nuevo Testamento, uno tras otro, denuncian el vacío de la vida que sólo quiere gozar de la vida, pero también cuestionan las prácticas religiosas, la sabiduría de los prudentes, los miedos y la angustia ante el futuro, la buena conciencia de los buenos. El camino de la pobreza y el desprendimiento al ejemplo de Jesús nos dan acceso a un universo donde reina la humildad, la esperanza y la alegría. Ahí se esconde, o más bien se desvela el mundo definitivo.

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http://www.sobicain.org/introducciones.asp?I=49

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